¿Por qué los grandes ejecutivos fracasan?

Los fracasos son parte de la vida de un profesional, incluso de aquellos ejecutivos talentosos y bien preparados. Pero, ¿cuáles son las razones para que un directivo pierda su nivel de estrategia y asertividad?

Para José Miguel Ucero, profesor de ESIC Business & Marketing School, la mayoría de los fracasos no vienen de no saber qué hay que hacer, sino en cómo hacerlo y si somos capaces de perdonarnos.

“La falta de habilidades interpersonales desemboca en fracaso, sobre todo en la comunicación cuando hay cambios, la no construcción de equipos, la falta de delegación y no cumplir su rol de agente de cambio en la adecuación de la estrategia  a la cultura organizativa o viceversa. Pero existen muchas variables para analizar el significado que  tiene el fracaso para un ejecutivo, depende de la magnitud del fracaso, si el entorno le perdona, si él se perdona a sí mismo, si ha aprendido. Es bueno recordar que el mayor error es no ser tolerante con el error”, plantea Ucero.

En el estudio “Por qué los grandes ejecutivos fracasan” (Why Smart Executives Fail, en inglés) del profesor Sydney Finkelstein, del Tuck School of Business, sostuvo que son seis aspectos que hacen que un directivo fracase y, con él, su empresa:

* Aferrarse a una visión incorrecta de la realidad
* Decidir no hacerle frente a la innovación y al cambio
* Ejecutar brillantemente una estrategia equivocada
* Confiar demasiado en la propuesta de su empresa
* Interpretar mal a la competencia
* Hacer caso omiso a la información vital

“El ego es un elemento que ciega, en más de alguna ocasión, a las empresas y pasa con más frecuencia de lo que se piensa. Las empresas embelesadas con los éxitos del pasado y su posición de liderazgo empiezan a concebir el mundo de una forma distinta. En este punto esencial están  los más grandes descalabros empresariales que es cuando se cree haber encontrado la respuesta a todos los problemas y el secreto del éxito perpetuo. Incluso, gigantes como IBM han sido presa de este mal”, afirmó Finkelstein.

En cuanto a los “delirios de perfección”, el académico del Tuck School of Business enfatizó que los grandes fracasos no se dan de un día para otro, sino que son el resultado de errores pequeños que no se perciben, pero que al final desatan una gran catástrofe. “Una de las causas de esto es la tendencia de muchas empresas a creer que no hay nada mejor en su sector. Esto se describe como “empresa zombi” que está tan convencida de sí misma y de su liderazgo que no identifica innovaciones, competidores nuevos y amenazas de mercado. Acá está el secreto de pasar de un éxito rotundo a un profundo fracaso”, afirmó.

Uno de los casos más conocidos que Finkelstein relata en su estudio los desaciertos de Reed Hastings, CEO de Netflix que el académico lo considera como el culpable de una mala comunicación y de empeorar la usabilidad del producto.

“La historia de Netfix es una de las que podría estudiarse en las escuelas de negocio como ejemplo de capacidad para detectar una necesidad por parte del cliente. La empresa se hizo famosa por su servicio de alquiler de DVDs por correo electrónico a precios fijos y asequibles. Tras los comienzos la empresa ha optado por ofrecer también vídeo en streaming como fórmula para asaltar Europa en 2012. Para ello, Hastings optó por segregar ambos negocios, lo que sirvió para que aumentasen los costes y los precios, además de complicar a los clientes la búsqueda de contenidos”, afirmó Finkelstein.

El académico, quien es además escritor frecuente de Harvard Business Review, explicó que la estrategia en sí no estaba mal diseñada, pero que falló la comunicación. “De hecho, me gusta la idea de dividir la empresa en dos. En cierta manera es una estrategia digna de manual. Se divide la empresa en dos para proteger la nueva actividad, pero el proceso que ha utilizado ha sido un desastre. Su comunicación no ha sido muy buena y pienso que mucha gente se pregunta qué hay de nuevo en los que ellos hacen, que no lo hagan ya otros. Creo que realmente no hay una gran novedad”, dijo.

Errar es humano y progresar es…

El fracaso ha sido algo que ha hecho grandes a muchas personas, y de hecho los errores son fundamentales para avanzar.

“A pesar de lo que se puede pensar el fracaso en la vida de una persona puede resultar un instrumento más motivador que el éxito cuando se aprende a asimilarlo”, afirmó Omar Matus, psicólogo laboral de la Universidad de Santiago de Chile, quien agregó que si bien en la mayoría de los casos, el principal responsable del fracaso profesional suele ser uno mismo, pero no siempre es así, porque hay ocasiones en donde los culpables son las empresas las que dificultan que el empleado pueda demostrar por completo su valía.

“Hay empresas que suelen contratar a personas para llevar a cabo unas determinadas funciones y, al cabo de un par de semanas o meses, les encargan tareas que no corresponden con el puesto contratado ni con los conocimientos adquiridos por el empleado”.

Ante este escenario, el profesor Ucero da siete consejos para superar un fracaso y no morir en el intento.

Cualquier fracaso lleva acompañado un duelo.

* Hay que pasarlo, ser consciente que es una etapa que es normal pero no quedarse anclada en ella
* Rodearse de personas que le aprecian
* Todos podemos necesitar ayuda en algún momento. Estar abierto a ella
* Perdonarse a los demás. El rencor no es buen consejero
*  Perdonarse a si mismo. Es la base de la autoestima
* Analizar qué ha aprendido
* Levantarse una vez más o reinventarse. Todos vivimos diferentes vidas en una vida

Fuente: educamericas.com

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